Si tenemos en cuenta la información aportanda desde Idealistanews: La franja idónea es tener entre 35 y 45 años, cuando los clientes suelen gozar de estabilidad económica y tienen dinero ahorrado.
Los bancos tienen en cuenta muchos factores a la hora de conceder una hipoteca, y la edad de los titulares es uno de los que suele pasar más inadvertido. Sin embargo, es uno de los más importantes, ya que muchas entidades prefieren prestar dinero a personas en un rango de edad concreto. En líneas generales, la franja más óptima es entre 35 y 45 años, cuando los clientes gozan de estabilidad económica, suelen tener ahorros y están en plena edad de trabajar. Pero también hay ofertas específicas para perfiles más jóvenes y más sénior. Repasamos las claves a tener en cuenta:
Para los bancos, la mejor edad para pedir una hipoteca es entre los 35 y los 45 años. Es decir, si vamos a solicitar una hipoteca, tenemos más probabilidades de que la entidad bancaria dé el visto bueno si nos encontramos en este rango de edad que en otro.
A grandes rasgos, los bancos buscan seguridad cuando prestan su dinero. En otras palabras, quieren todas las garantías posibles de que el dinero les será devuelto. El hecho de que las entidades bancarias prefieran conceder hipotecas a clientes entre los 35 y los 45 años se debe a que, en general, son clientes que representan menos riesgo de impago que aquellos con edades diferentes.
Las principales causas son las siguientes:
Hay que tener en cuenta que, aunque la mejor edad para pedir una hipoteca se sitúe entre los 35 y los 45 años, esto no significa que los bancos solo conceden hipotecas a personas en este rango de edad. De hecho, existen hipotecas para jóvenes, que son préstamos que se adaptan a las características y circunstancias generales de clientes de menos de 35 años.
Por ley, no existe una edad máxima para conceder una hipoteca. Sin embargo, la mayoría de los bancos suelen trabajar con un máximo que se sitúa en los 65 años. ¿Por qué? Porque consideran que amortizar una hipoteca con más de 75 años supone un riesgo elevado para la operación (debido a la mayor probabilidad de fallecimiento del titular). De este modo, se conceden hipotecas hasta los 65 años con la perspectiva de un plazo de amortización de 10 años, pero que no vaya más allá de esta edad.
Aunque la edad es un elemento importante y que los bancos tendrán en cuenta si vamos a pedir una hipoteca, no es el único ni el más importante. En este sentido, existen otros factores que hay que tener en cuenta y que, de hecho, suelen tener más peso a la hora de que la entidad bancaria nos conceda o no el préstamo.
De esta forma, los bancos tienen en cuenta muchos factores a la hora de conceder o no una hipoteca y, de entre todos ellos, la edad es solo uno de entre todos. Por ello, si queremos encontrar la mejor hipoteca, lo más importante es que busquemos en diferentes bancos y comparemos distintos productos con el objetivo de encontrar aquel que mejor se adecúa a nuestras necesidades y características personales. De este modo, podemos estar seguros de que encontraremos la hipoteca que necesitamos para comprar la casa de nuestros sueños.