Con la llegada del calor y el verano, muchas personas piensan en la opción de comprar una piscina. Ahora bien, aunque se disponga del espacio, ¿es siempre posible? En este artículo explicamos qué licencias y requisitos se necesitan para construir una piscina.
Para la mayoría de obras se requieren ciertas licencias y permisos. En el caso de la construcción de piscinas, sí que hace falta y es el ayuntamiento de donde se va a construir quien las concede.
Según la normativa vigente, del tipo de terreno donde se vaya a construir y de las características de la propia piscina, se podrá llevar a cabo o no. Cada ayuntamiento tiene sus propias normas. Cuestiones como los retranqueos o la separación respecto a las casas anexas inciden en la viabilidad del proyecto.
Dependiendo del tipo de piscina y su tamaño, se necesita permiso de obra mayor o de obra menor. Para piscinas de obra menor, aquellas de menos de 20 m2 y con una profundidad de hasta un metro, hay que presentar al ayuntamiento un dibujo de la parcela en el que aparezca reflejado donde se ubicará la piscina y un presupuesto estimado de la obra. El precio de la licencia será un 4% del presupuesto total.
Para piscinas de obra mayor, habrá que presentar un proyecto que cumpla la normativa vigente del municipio visado por un técnico. La licencia para una piscina de obra mayor cuesta alrededor del 6% del proyecto.
Además, habrá que solicitar permiso para ocupar la vía pública con la maquinaria y utensilios para la construcción y la licencia de gestión de residuos.
A modo de resumen, tanto si son piscinas de obra menor o mayor, habrá que solicitar permisos al ayuntamiento. Dependiendo del tamaño y complejidad, los requisitos varían, pero siempre hay que obtener licencia.
Para que el ayuntamiento otorgue la licencia para construir la piscina grande, habrá que presentar un proyecto técnico y de ejecución, pues es una obra mayor.
"Del mismo modo que son precisos en la construcción de vivienda, son necesarios un proyecto básico y un proyecto de ejecución para construir una piscina, aunque estos proyectos son más sencillos", comenta Cristóbal Anaya, director de Crisan Construcciones.
En el proyecto básico y de ejecución deberá aparecer:
Antes de construir una piscina, hay que consultar la realidad urbanística del ayuntamiento y las capacidades de la parcela. Cuestiones como la separación con casas anexas o la profundidad de la piscina deben tenerse en cuenta para ver la viabilidad de la construcción. En este paso, se elabora un primer diseño y se estima el presupuesto.
En este paso se redacta el proyecto básico y de ejecución, que deberá contener lo anteriormente citado: memoria descriptiva, memoria constructiva; cumplimiento del CTE; cálculo de estructura e instalaciones, estudio de seguridad y salud, plan de control de calidad, estudio de gestión de residuos, información geotécnica del terreno, etc.
Una vez definida la superficie, el diseño, los materiales, la técnica, etc., habrá que elegir la constructora que la haga realidad. Lo recomendable es preguntar a más de una y evaluar y comparar presupuestos.
Para obtener los permisos y licencias y poder construir la piscina, hay que presentar al ayuntamiento el proyecto visado por un arquitecto o técnico. En este punto, habrá que abonar la tasa de la licencia urbanística y el Impuesto de Construcciones y Obras (ICIO). El tiempo de obtención de la licencia será de aproximadamente tres meses.
Obtenida las licencias, se podrá comenzar la construcción de la piscina. Durante los trabajos es fundamental cumplir con los requisitos marcados en el estudio de seguridad y gestionar correctamente los residuos.
Una vez finalizadas las obras y se haya revisado que todo esté correcto, el arquitecto o el técnico emitirá el certificado de fin de obra.
Antes de construir una piscina, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones para valorar qué tipo construir, los costes y qué permite la parcela. A modo de resumen, estos son los puntos clave:
La construcción de una piscina afecta al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), ya que aumenta el valor catastral de la vivienda, entre un 5 y 15%, dependiendo de la piscina y del propio inmueble. El aumento en el pago del IBI por la construcción de una piscina será de entre un 5 y 10% de lo que se venía pagando hasta entonces.
Después de construir la piscina, se dispone de un plazo de dos meses para inscribirla en la Dirección General del Catastro. Para ello, se debe cumplimentar el modelo 902N, un documento que declara la construcción, ampliación, reforma o rehabilitación de bienes inmuebles. Este modelo se puede presentar en las oficinas del Catastro, en el ayuntamiento del municipio en el que se ubique la propiedad o en la delegación de Hacienda correspondiente.
La construcción de una piscina, ya sea en una vivienda unifamiliar, una urbanización o en una parcela, está gravada con IVA del 21%.
Como sucede con las viviendas, la inscripción de la piscina en el Registro de la Propiedad no es obligatoria, pero sí recomendable, ya que hacerlo supone dotar a la construcción de validez frente a terceros. La documentación exigida para su registro será la escritura pública de declaración de obra nueva firmada ante notario.
Para legalizar una piscina construida, hay que presentar el proyecto técnico visado al Catastro o al ayuntamiento. Si la piscina se adecúa a la normativa, ya estará legalizada.
Construir una piscina sin obtener los permisos y licencias necesarios acarrea sanciones por parte de la administración. Dependiendo del ayuntamiento donde se ubique, la multa varía, aunque suele oscilar entre los 500 y los 3.000 euros.
La prescripción de la construcción de una piscina ilegal suele ser de cuatro años, aunque el tiempo puede oscilar dependiendo de la comunidad. El plazo comienza a contar desde que el ayuntamiento conoce la construcción ilegal.