Scoring es una palabra inglesa que se puede traducir como "puntuación". En el sector bancario, se habla de scoring para referirse a la puntuación que se le da a un cliente cuando se le evalúa de cara a la concesión de un préstamo (por ejemplo, una hipoteca). Esta puntuación determina el nivel de riesgo de la operación para el banco y, según el resultado de la puntuación, la operación será aprobada o no.
Dependiendo del scoring o puntuación que un cliente obtenga cuando el banco estudia su caso a la hora de pedir una hipoteca, se pueden dar tres situaciones:
Un aspecto que hay que tener en consideración cuando se habla del scoring de los bancos es que se tienen en cuenta parámetros muy concretos y objetivos. Es decir, aunque en principio pueda parecer que son elementos muy generales, en realidad se trata de un proceso que se lleva a cabo de forma bastante automatizada y que permite determinar la puntuación de los clientes de forma muy objetiva.
Los parámetros que se tienen en cuenta a la hora de obtener la puntuación pueden variar de una entidad a otra. Sin embargo, algunos de los que siempre se van a tener en consideración son los siguientes:
Dependiendo de las características de cada cliente respecto a estos parámetros, se obtendrá una puntuación u otra en cada uno de ellos. Sumando todas las puntuaciones individuales, se obtendrá el scoring completo del cliente, que determinará si el banco da el visto bueno o no a la concesión de la hipoteca. Así como las condiciones en que se concede en caso afirmativo.
En este sentido, hay que entender que, una vez que se ha obtenido el scoring del cliente, este se compara con casos anteriores similares. Es decir, que el hecho de que el banco conceda o no una hipoteca a un cliente en particular va a depender, en gran medida, de la experiencia que el propio banco haya tenido con clientes similares en el pasado.
Por ejemplo, si en el pasado el banco ha tenido buenas experiencias (ha recuperado el dinero prestado sin problemas ni contratiempos) con clientes que eran funcionarios, este elemento sumará positivamente en el scoring. Sin embargo, si el banco ha tenido malas experiencias con clientes que trabajaban como autónomos, este elemento contabilizará negativamente en el scoring, o condicionará el tipo de hipoteca que se pueda conceder (por ejemplo, solo hipotecas específicas para autónomos). Y así sucesivamente con cada parámetro que se tenga en cuenta.
Es decir, la forma en que se aplica el scoring no depende únicamente de la puntuación de cada solicitante de una hipoteca, sino que el estudio se hace de forma comparativa con la experiencia anterior del banco con clientes que presentaban un perfil similar.
Si quieres mejorar las condiciones para pedir una hipoteca, lo mejor que puedes hacer es mejorar tu scoring. ¿Cómo? Intentando que los parámetros que el banco va a tener en cuenta en el estudio que te va a hacer sean lo más positivos posible.
En este sentido, si vas a pedir una hipoteca y estás pendiente de pasar de un contrato temporal a uno fijo, puede ser una buena idea esperar a tener firmado el contrato fijo para hacer la solicitud. Si vas a comprar una casa, asegúrate que el nivel de endeudamiento que suponga la hipoteca no supere el umbral de endeudamiento recomendado por los expertos, etc.
Es decir, ten en cuenta cada uno de los parámetros que el banco va a estudiar, e intenta adaptar tu perfil y el momento de la solicitud de la hipoteca de tal forma que el banco te perciba como un cliente seguro y que no presenta ningún (o muy pocos) riesgos de impago. De esta forma, puedes estar convencido de que la entidad dará el visto bueno a la operación y de que, además, podrás conseguir buenas condiciones en el préstamo.